La Independencia de Brasil es un proceso totalmente diferente al del resto de los países latinoamericanos.
Se trata de un proceso llevado a cabo por una serie de hechos que suceden en su metrópoli, Portugal
.
El comienzo de la independencia se llevó a cabo a principios del Siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte decidió atravesar la Península Ibérica para invadir Portugal, que no había bloqueado el acceso de Inglaterra a sus puertos.
Brasil en ese momento, era una colonia portuguesa, concretamente, era una colonia muy rica en oro y piedras preciosas, la más rica del imperio portugués.
En 1808, la Corte portuguesa decide ir a Brasil, huyendo así de la invasión napoleónica.
En aquellos momentos, Brasil era una colonia poderosa, tanto que se propuso llevar el centro del poder portugués allí.
Así pues, la monarquía se estableció en Brasil en la capital de la colonia, Rio de Janeiro.
Otra época a destacar es en 1815, cuando Juan VI elevó Brasil a reino unido al de Portugal.
En este mismo año, los territorios ocupados por Napoleón Bonaparte fueron de nuevo independizados, lo que se propuso en el Congreso de Viena una restauración de las colonias.
En ese momento, la corte portuguesa seguía en Brasil, y al no estar en Portugal, que en Europa se seguía viendo Lisboa como la capital del reino, significó como un equivalente a una sustitución.
Por lo tanto, era necesario su retorno. Sin embargo, eso no era lo que la corte portuguesa quería.
Entre otras razones estaban la tranquilidad de aquellas tierras (sin guerra alguna salvo batallas en la Región de la Plata), además, tras 7 años, había negocios puestos en marcha con financiación portuguesa, y en el caso de haberse restaurado la condición de colonia a Brasil, ciertos privilegios habrían sido eliminados.
Sin embargo, todo no iba a ser tan fácil. Hubo un grupo insurgente que no iba a ver con buenos ojos la pérdida de colonias y la elevación de Brasil a reino.
Así que el 24 de agosto 1820 hubo una revuelta en Oporto con el pretexto citado con anterioridad.
La burguesía portuguesa iba a reclamar una serie de privilegios que, con la apertura comercial portuaria decretada en 1808 en Brasil hacia otros países (Inglaterra), iban a perder.
La burguesía portuguesa iba a reclamar una serie de privilegios que, con la apertura comercial portuaria decretada en 1808 en Brasil hacia otros países (Inglaterra), iban a perder.
Se exigió la vuelta del Rey Juan VI a Lisboa a riesgo de ser abolida la monarquía.
A su vez, esta noticia llegó a Brasil, teniendo los revolucionarios apoyos en provincias como Bahia, donde se formaron gobiernos quitando el poder al Reino de Brasil y concediéndoselo a Portugal.
En este ambiente de tensión, el rey en un principio decidió resistir la presión y quedarse en América, donde se formaron 2 grupos: los portugueses europeos, apoyando a los levantados, y los portugueses americanos, que en su defecto apoyaron la legalidad del Estado brasileño.
Pero en 1821 los insurgentes de Brasil se reunieron en Río de Janeiro exigiendo el retorno y la jura de la constitución que en aquel momento se estaba redactando en Lisboa.
Dicha revuelta fue abolida con el heredero al trono Pedro de Alcántara, hijo de Juan.
Dicha revuelta fue abolida con el heredero al trono Pedro de Alcántara, hijo de Juan.
Finalmente, Juan volvió a Lisboa con su Corte, dejando a Pedro como príncipe regente, lo que produjo una continuación de la puesta en marcha de la independencia brasileña.
El 1821 se exigió a Pedro la disolución de las Cortes brasileñas y su inmediata vuelta a Lisboa, pero de nuevo, tras una serie de territorios pidiendo su estancia en América, decidió quedarse al grito de “me quedo”.
En ese momento, y tras una serie de cartas que su padre, de mala gana, le ordenaba volver a Lisboa, comenzaron una serie de pequeños enfrentamientos con las tropas portuguesas que aún quedaban en territorio brasileño.
INDEPENDENCIA O MUERTE
Se había creado una nueva nación, dotada de un sistema monárquico absolutista en el que la esclavitud tenía un peso importante.
El 7 de septiembre de 1822, el príncipe Pedro, estando a orillas del arroyo Ipiranga dio su famoso grito:
Por mi sangre, por mi honor, y por Dios, haré Brasil libre!”.
Desde entonces, cada 7 de septiembre Brasil celebra su día de la independencia.
Se había creado una nueva nación, dotada de un sistema monárquico absolutista en el que la esclavitud tenía un peso importante.