Este
es uno de los mayores centros de peregrinación.
En esta
capilla, la Virgen María se apareció el 27 de Noviembre de 1830 a una novicia de las
Hijas de la Caridad, Santa Catalina Labouré,
para dar al mundo una
medalla.
Este
sencillo objeto, a todos destinado sin distinción, recopila, por su
rico simbolismo, los misterios de la fe cristiana.
Cuando
estalla en París, en febrero de 1832, una terrible epidemia de
cólera que va a causar más de 20 000 muertes, las Hermanas
empiezan a distribuir las primeras medallas. Se multiplican las
curaciones así como las protecciones y conversiones. Es un verdadero
maremoto.
El
pueblo de París califica la medalla de “milagrosa”