Previamente
al armisticio en el frente occidental con Alemania, que es el que
puso fin definitivo a la guerra, hay que señalar otros que fueron
firmando los diversos países que lucharon junto a los germanos:
Tras
la derrota de Vittorio Veneto y los infructuosos intentos de
negociación del nuevo emperador Carlos I, los austro-húngaros
ofrecieron a Italia la rendición el 29 de octubre y, finalmente,
se firmó el armisticio en Villa Giusti el 3 de Noviembre. Por ese
entonces, el Imperio se hallaba en pleno proceso de
descomposición.
Tras
el ataque francés con apoyo griego iniciado en septiembre desde
Salónica, el frente búlgaro se derrumbó inmediatamente y
firmaron el armisticio el 29 de septiembre.
Las
continuas derrotas en Siria y Mesopotamia, y la llegada de los
ingleses a Anatolia precipitó la capitulación de Turquía con la
firma del armisticio en la isla de Mudros el 30 de octubre.
La
ofensiva de verano de la Entente en el frente occidental hizo
evidente al alto mando alemán la imposibilidad de continuar los
combates. En septiembre, Hindemburg y Ludendorff pidieron al
Káiser que se iniciase la negociación para un armisticio
inmediato. Se formó un nuevo gobierno dirigido por Max de Baden
quien pidió negociaciones tomando como base los Catorce puntos de
Wilson.
Sin
embargo, la evolución de la situación interna en Alemania
precipitó los acontecimientos. La rebelión de los marinos de
Kiel el 28 de octubre, es seguida por insurrecciones en medio de
un ambiente revolucionario. El 9 de noviembre, Guillermo II abdica
y huye a Holanda. La república es proclamada en Berlín.
La
delegación alemana, presidida por Mathias Erzberger, firmó el
Armisticio en Rethondes el 11 de noviembre.
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