A continuación, lo que le depara a cada signo según la influencia del Caballo:
Mono (1920, 1932, 1944, 1956, 1968, 1980, 1992, 2004)
Deberá asumir este ciclo como sabático para descansar y no desperdiciar una gota de su preciado Ki. Ya habrá tiempo para volver a las monerías. Tendrá que cambiar de estrategia, si no, correrá el riesgo de que su zoológico citadino se convierta en safari africano. Tenga cuidado con lo que diga, con las mentiras —propias y ajenas—, con las verdades a medias. En fin, le lloverá sobre mojado. Pero si se deja llevar, si atiende con calma el Wu Wei, le irá de maravilla. El secreto está en no resistirse, en no querer llevar la orquesta a su ritmo. Los reflectores apuntan hacia otro lado. Puede hacer mutis discretamente y una vez tras bambalinas practicar la ‘sonrisa interna’ y soñar despierto.
- Gallo (1921, 1933, 1945, 1957, 1969, 1981, 1993, 2005)
El I ching le aconseja ser veraz, tener muy en claro los objetivos, ser líder en la sociedad y desarrollar planes de mediano a largo plazo. Los cambios inesperados desestabilizan al Gallo y le producen enfermedades crónicas. Es recomendable que se sumerja en la medicina preventiva ya: flores de Bach, yoga, reiki, talasoterapia, deportes y, sobre todo, que ejerza el Tao del amor y del sexo. Convivirá con nuevos seres de otros países, culturas, razas y se enriquecerá con el intercambio. Añorará otras épocas, otras etapas, en las que podía filosofar sin tener que salir volando a una corrida cambiaria, a un chequeo urgente, a llevar a sus parientes a terapia intensiva, a sus hijos a cursos y bailes, y esperarlos despierto hasta que retornen al gallinero.