En el siglo XIII, mientras en Francia reinaba la dinastía de los Luises y las grandes pelucas estaban a la orden del día, un peluquero -profesión que en esa época
correspondía sólo a plebeyos- realizó un trabajo tan perfecto para la Corte que fue nombrado Caballero.
Tal acontecimiento quedó grabado en la historia, siendo elegida esa fecha para festejar todos los años, y a nivel mundial
"El Día del Peluquero".